Vista aérea de la pizarrera sin restaurar y escombrera de Boya
Ecologistas Zamora y Zamora Viva cuestionan la adecuación, como zona de baño y esparcimiento, de la pizarrera ubicada en San Vicente de la Cabeza y exigen la restauración de las minas abandonadas en Aliste.
Los graves impactos de estas infraestructuras siguen latentes y adecuar una mina como zona de esparcimiento, es aceptar la ausencia de restauración.
Desde 1969 y durante varias décadas, la pizarra de varias localidades de la comarca de Aliste fue objeto de interés por diferentes empresas mineras. Tras la explotación de las canteras de Flechas, Mahíde, Boya o San Vicente de la Cabeza, el proceso se repitió y todas ellas se abandonaron sin la obligada restauración que debía haber exigido la Junta de Castilla y León. Las empresas, en un contexto de supuesta quiebra y escudándose con sociedades pantalla de escaso capital, cerraron estas industrias con el claro consentimiento de la administración regional, que permitió el abandono de estas minas sin restaurar y consintió que, sus enormes impactos ambientales y paisajísticos, sigan latentes actualmente.
De esa manera, tras la explotación, quedaron abandonadas naves y otras infraestructuras asociadas al corte de la pizarra así como grandes escombreras de materiales apilados y diseminados en las laderas cercanas donde la vegetación espontánea sigue sin colonizar después de décadas. Pero, de especial gravedad, es que los pozos donde se extrajo el material siguen generando un desmedido impacto visual y es constante la evaporación de las capas freáticas subterráneas, las cuales afloran tras ser rotas durante la explotación. Además, es latente el riesgo de accidentes de vehículos o personas que pueden acercarse a los taludes de las minas, cuyo perímetro está insuficientemente cerrado, y de hecho, el acceso a las balsas está cortado por piedras grandes que se pueden sortear a pie.
Aunque hasta cierto punto podemos entender la iniciativa del ayuntamiento de San Vicente de la Cabeza de adecuar la mina ubicada en su término municipal como motor de desarrollo rural, también cuestionamos la viabilidad del proyecto. Por un lado, aceptar la situación actual de destrucción del paisaje debido al abandono de estas canteras es, como poco, incongruente e irresponsable. Si después de que las empresas mineras exploten nuestro patrimonio y además, abandonen las minas dejando el terreno sin restaurar, atraemos a bañistas a estos puntos, estamos blanqueando una situación muy grave. Esto sin contar que muchas de las lagunas que fueron resultado de una explotación minera no son aptas para el baño debido al alto contenido de elementos peligrosos en suspensión.
Por todos estos motivos, exigimos a los ayuntamientos y a la Junta de Castilla y León que, mediante Next Generation o bien, a través de la recién aprobada Ley de Restauración de la Biodiversidad de los ecosistemas europeos, soliciten fondos para restaurar las minas alistanas que han quedado abandonadas. Recordemos que Ley de Restauración de la Naturaleza pretende restaurar al menos el 20% de las zonas terrestres y marítimas de la UE para 2030 y todos los ecosistemas degradados para 2050. Y en este contexto, restaurar las minas de Aliste resulta prioritario, más cuando están incluidas en Red Natura 2000 o en la misma Reserva de la Biosfera Transfronteriza Meseta Ibérica.