
Esta asociación solicitará al ayuntamiento de Zamora el informe técnico que justifique la tala de varios árboles maduros en ambas orillas.
La decisión de cortar varios árboles maduros en las inmediaciones del puente de Piedra de Zamora, una medida que según el ayuntamiento de Zamora está justificada para evitar daños en los cimientos, representa -según Ecologistas Zamora- una actuación sin credibilidad y que solo da respuesta a una estrategia estética, para favorecer la visibilidad del puente.
Los árboles talados, álamos negros y blancos de buen porte y maduros, son parte del patrimonio natural de la ciudad y algunos crecían a unas distancias de entre 8 y 10 metros del propio puente, por lo que la hipótesis de que sus raíces pudieran deteriorar la propia infraestructura resulta poco creíble. A pesar de ello, el propio ayuntamiento ha defendido en la prensa local que esta decisión está justificada “ante la amenaza que sus raíces suponen para la estructura del mismo” y añade “que puede sufrir daños que podrían ser irreversibles”.
Para Ecologistas Zamora, esta nueva y agresiva actuación, no responde a criterios ambientales y es incongruente con la filosofía del “Proyecto Renaturaliza”, que lidera el propio ayuntamiento. Además, la eliminación de estos árboles de la ribera del Duero responde a una visión equivocada, donde se promueve la visibilidad del patrimonio histórico a costa de eliminar -como si fuera un estorbo- el patrimonio natural, cuando en realidad existen fórmulas para hacer compatible la historia y la biodiversidad. Además, varios de los árboles talados eran usados por especie amenazada y protegida, la grajilla occidental, que ha perdido varias oquedades para nidificar.

Esta actuación no es aislada. De hecho, enmarcadas en el “Plan director de las murallas de Zamora” y, financiadas por el Ministerio de Cultura, las obras de restauración realizadas este año en la muralla han eliminado numerosas oquedades donde existían centenares de refugios y lugares de reproducción de especies amenazadas y protegidas como el murciélago rabudo y el murciélago común, el vencejo común, la grajilla occidental, la salamanquesa común y las lagartijas de pared. Además, la intervención se realizó en plena época de reproducción de muchas de estas especies, destruyendo de esta manera puestas, nidos o crías y vulnerando la legislación ambiental autonómica, regional, estatal o europea en materia de conservación de la naturaleza. Otro ejemplo de la incompatibilidad de estas intervenciones fue la retirada, la pasada primavera, de una enorme y espléndida higuera que se desarrollaba, desde hace más de dos décadas, en el tramo de muralla que baja a la plaza de Santa Lucía, un icono del arbolado urbano del casco antiguo y que generó un enorme descontento para muchos vecinos de la ciudad, que no vieron con buenos ojos su eliminación. Por último, este verano, afloró la polémica con la introducción de maquinaria pesada en el principal pulmón de la ciudad, el bosque de Valorio.
Zamora, a 7 de octubre de 2025